Pues, dónde vemos inocencia en este crimen atroz contra la libertad del hombre que todo aquel merece ?
Desde que comencé a pensar y a cuestionar las escasas probabilidades de que existiese un ser supremo alguno, realicé que estaba perdiendo mucho, además de ser parte de una mal llamada familia, una familia que no sólo nos roba el libre derecho de ser lo que queramos, sino que también irrumpen con el placer, la tranquilidad de la persona de realizar sobre SU cuerpo lo que el quiera, y millares de exigencias carentes de sentido.
Así comienza un relato contradictorio por parte de la innegable razón de la persona, contra una posibilidad optimista de salvación y paz, denominada Dios.
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